Sunday 22 April 2012

El pensamiento o la vida



Esta recopilación extensa de los Diarios de Soren Kierkegaard abarca desde su cuarto año de estudios universitarios en 1834 hasta poco antes de su fallecimiento en 1855. Se trata de un documento fundamental para introducirse en el universo filosófico de este reconocidamente influyente autor. Los apuntes que Kierkegaard realizaba en sus Diarios eran más bien anotaciones de pensamientos de carácter filosófico o religioso, y raramente registraban reacciones a acontecimientos en su vida.

Una de sus primeras reflexiones es la de que en la vida de todas las personas existe un momento decisivo 'either / or' (o bien esto / o bien aquello). Se trata de definirse mediante la acción, de dar significado a la vida mediante la toma de decisión consciente de un curso vital que es 'actuación.' Nos definimos por lo que hacemos más que por lo que decimos. De aquí viene la crítica fundamental de Kierkegaard a la Iglesia establecida. Los clérigos son en su opinión 'funcionarios reales' preocupados por cuestiones de orden terrenal como su paga mensual o su vida familiar. Para él el verdadero Cristianismo está extinto, se trataría de trasladar a la experiencia la enseñanza viva del Nuevo Testamento: despojarse de todo lo material, abrazar la pobreza, retirarse del mundo y dedicarse a descubrir y propagar el mensaje de amor. Su propia manera de interiorizar este mensaje en su vida pasa por la renuncia al matrimonio con Regine Olsen. Su reflexión vital le impele a rechazar la felicidad finita del mundo. Ha de dedicarse en cuerpo y alma a la escritura de libros y a su cruzada personal contra la Iglesia. Regine pasará a convertirse para él, al rechazarla, en el sujeto idealizado de su arrebato platónico-metafísico. Durante años sólo confía su profundo amor por ella a sus Diarios. De cara al mundo y a la propia Regine finge no amarla. Este sacrificio le produce agonía y una profunda satisfacción espiritual. El motivo de su actuación es noble. Quiere que Regine le olvide y se sienta libre de rehacer su vida. El la guardará en su corazón todos esos años. Mientras, si la encuentra en la iglesia o en algún vericueto de la ciudad o en los caminos endurece el gesto o cambia el rumbo. Este fue el momento decisivo (o bien esto / o bien aquello) en la vida de Kierkegaard, y eligió renunciar al matrimonio, escribir, remover la conciencia de Dinamarca.

Su actitud intelectualmente desafiante le generó duros años de intensas persecuciones y burlas fomentadas por la prensa local, en especial la publicación de El Corsario.

Originariamente, pues, Kierkegaard consideró el matrimonio. Al tiempo también barajó la posibilidad de entrar en la Iglesia, antes de decidir entregarse a sus libros. Al tiempo que se libera de la doctrina eclesiástica oficial, Kierkegaard ahonda en la interpretación de la relación personal del hombre con Dios, que se basa en descubrir su voluntad para con nosotros y aceptarla. Ataca duramente la socialización de la cultura y de la política promovida por los movimientos revolucionarios de 1848. Su compromiso será siempre con el individuo libre, independiente, irónico. La 'personalidad' es fundamental para él. Debemos creen en algo, una idea, un sentimiento, y ese algo debe convertirse en nuestra vida.

Otro tema que le acucia constantemente es el de su perenne melancolía. Hasta cierto punto la melancolía es producto del individualismo y de la ironía, pues, 'el público,' 'la masa,' no le entiende. Se ríen de su vestimenta, de su aspecto, de su actitud intelectual desafiante, sin pararse a analizar las ideas en sus libros, ni siquiera los críticos de los periódicos hacen esto. El problema de la envidia provinciana en Copenague, una 'villa de mercaderes,' le angustia y se convierte en su cruz.

Así va transcurriendo su no muy larga vida. En sus paseos diarios da vueltas a sus ideas filosóficas y espirituales. Luego llega a su casa y escribe sin cesar, frecuentemente utilizando las mismas palabras y frases que se le habían ocurrido por los caminos. De este modo encuentra una cierta felicidad, en soledad, dedicado a la escritura y al pensamiento, tras haber interiorizado su ruptura con el mundo. La autoría es finalmente para él algo más que una elección, se convierte en un impulso vital irremediable. En ningún momento le abandona su orgullo por su contribución al pensamiento de Dinamarca, aunque frecuentemente no parece adivinar que su influencia acabaría teniendo un impacto internacional difícilmente cuestionable. Kierkegaard es un precursor temprano del modernismo y el nexo fundamental entre éste, el existencialismo y el romanticismo. Es un post-romántico, pre-modernismta, proto-existencialista. Tal es la riqueza de su contribución.

El germen del existencialismo se encuentra pues en Kierkegaard en su crítica radical al modo de vida de los sacerdotes: sus existencias vitales no manifiestan los rasgos de lo que predican en sus sermones. Urge comprometerse con la vida. Que nuestras vidas sean manifestaciones de nuestros principios, creencias, ideas. Sólo así la existencia adquiere significado, la vida propósito, la voluntad divina una representación formal, vital, contrastable socialmente. El existencialismo se origina en la necesidad de convertirse en 'alguien.' Esto tiene que ver con la prueba fundamental a la que Dios nos somete en esta vida. Se trata de tomar el camino de Dios en contraposición a los requerimientos de la sociedad. De este modo el existencialismo se relaciona con el Cristianismo. A Kierkegaard no le interesa la interpretación universalista del Cristianismo, la 'hermandad de hombres' sino su interpretación individualista. La tarea espiritual humana consiste en interpelar a Dios sobre su voluntad para con nosotros, comprenderla, interiorizarla, hacerla nuestra a pesar de los múltiples sufrimientos que se puedan derivar de esta comprensión.